Hay que aprender de los errores

También nosotros tenemos que aprender a dar un paso atrás, tomar distancia y decir: “Veremos. En vez de juzgar lo que nos sucede en la vida y decir qué es bueno y qué es malo, justo o injusto, debemos reconocer que en sí mismo nada es bueno o malo, y que cualquier cosa puede ayudarnos a entrar nuevamente en armonía con el plan del universo.

Mami, hoy te escribo esta sencilla y humilde carta, por tantas, pero tantas cosas... la principal porque te quiero, y además porque hoy es tu día, es bueno saber que existe este día, realmente creo que cada hijo en este mundo tiene que estarle agradecido a su madre por cada cosa, quizás haya chicos que ya no la tengan; yo le doy gracias a Dios porque te tengo, y porque todavía puedo compartir cada minuto de mi vida contigo; por eso te escribo esto, para poder de alguna forma expresarte todo lo que siento:
Gracias mamá por ese día en que me enseñaste a dar mi primer pasito, porque me diste la seguridad de tus brazos, que me sostuvieron siempre para que no me caiga.
Gracias mamá porque junto a ti aprendí el significado de la palabra más hermosa, AMOR.
Gracias mamá por cada velita que me ayudaste a apagar.
Gracias mamá por pasar noches enteras orando y velando por mi cuando yo estaba en un problema o cuando estaba enfermo.
Gracias mamá por compartir todas mis alegrías y por ayudarme en mis tristezas.
Gracias mamá por escucharme, aconsejarme, por luchar por mi, por darme tu hermoso hombro para que pueda llorar en él, y compartir tus lágrimas para luego sonreír porque juntos habíamos encontrado la solución.
Gracias mamá porque hiciste cumplir mi mayor deseo y quizás el sueño de mi vida, porque sufriste día y noches enteras en hacer lo mejor para que yo pueda ser feliz.
Es tanto lo que tendría que escribir, que se acabaría la tinta. Pero sé que mis labios no podrían nunca dejar de decir todo lo que siento por ti, todo lo que tengo que agradecerte; ni tampoco mi corazón dejaría jamás de quererte, porque el día que eso suceda entonces ya no latiría.
Mami gracias, sólo gracias y recuerda que te súper quiero y disfruta al máximo este día que es el mejor porque es sólo tuyo, sólo tuyo mamá.

Att Julián Bambam

ÁRBOL DE MANZANAS*

Este era un enorme árbol de manzanas al Cual un niño amaba mucho. Todos los días Jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope,
Comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su Sombra. El árbol también lo quería mucho. Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a
Jugar alrededor del árbol. Un día regresó y Escuchó que este le decía con cierta tristeza
¿Vienes a jugar conmigo?
Pero el muchacho contestó: Ya no soy el niño de antes que juega alrededor De los árboles. Ahora quiero tener juguetes, Y necesito dinero para comprarlos. Lo siento dijo el árbol. No tengo dinero,
Pero te sugiero que tomes todas mis Manzanas y las vendas; así podrás comprar tus Juguetes. El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el
Dinero y se sintió feliz. También el árbol fue Feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo Después, cuando regresó, el árbol le preguntó:
¿Vienes a jugar conmigo? No tengo tiempo para jugar; debo trabajar
Para mi familia y necesito una casa para mí Esposa e hijos.
¿Puedes ayudarme? Lo siento repuso el árbol. No tengo Una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir Tú casa. El hombre cortó todas las ramas del árbol, Que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un Cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado. ¿Vienes a jugar conmigo? le preguntó. Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿Puedes dármelo? El árbol contestó: Usa mi tronco para construir uno; así Podrás navegar y serás feliz. El hombre cortó el tronco, construyó su bote Y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo: Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas. El hombre replicó: No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo. Entonces el árbol, llorando, le dijo: Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas. Y el hombre contestó: No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años... Bueno dijo el árbol, las viejas raíces
de un árbol son el mejor lugar para recostar se y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa. El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.

Esta es la historia de cada uno de nosotros: el árbol son nuestros padres. De niños, los amamos y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos; regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí pura darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero
¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres?

Att Julián Bambam

Estas palabras han sido divulgadas en memoria de Rosa, una alumna universitaria. Es una historia real que sucedió en la Universidad de Antioquia, en Medellín, Colombia.

El primer día de clases en la Universidad, nuestro profesor se presentó a los alumnos y luego nos pidió que nos presentáramos a alguien a quien no conociéramos todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor, cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré para atrás y vi uní pequeña señora, viejita y arrugada, son riéndome radiante, con un gesto que iluminaba todo su ser. Dijo:
Hay, muchacho... Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad. ¿Puedo darte un abrazo? Me reí y contesté: ¡Claro que puede! Y ella me dio un gran apretón. ¿Por qué está usted en esta Facultad a tan tierna e inocente edad? pregunté. Ella respondió juguetona y sonriente: Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar. Está bromeando le dije. Yo estaba curioso por saber qué la había motivado a enfrentar este desafío con su edad, y ella repuso: Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ¡ahora estoy teniendo uno! Después de clase caminamos hasta el edificio de la Unión de Estudiantes y compartimos una malteada de chocolate. Nos hicimos amigos instantáneamente. Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clase juntos y hablábamos sin parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo a aquella máquina del tiempo compartir su experiencia y sabiduría conmigo. En el curso de un año, Rosa se volvió un icono en el campus universitario. Hacía amigos fácilmente dondequiera que iba, adoraba vestirse bien, y se reflejaba en la atención que _
Le daban los otros estudiantes. Estaba disfrutando la vida... Al final del semestre invitamos a Rosa a hablar en nuestra fiesta de despedida. Fue presentada y se aproximó al podio. Cuando comenzó a leer su charla escrita, dejó caer tres de las cinco hojas al suelo. Frustrada, tomó el micrófono y dijo simplemente:
Discúlpeme, ¡estoy tan nerviosa!... Nunca conseguiré poner mis papeles en orden de nuevo, así que dejen me hablar a ustedes sobre aquello que sé. Mientras nos reíamos, ella despejó su garganta y comenzó: A mi edad he descubierto que existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y exitosos: Primero, se necesita reír y tomarse las cosas con humor cada día. Segundo, se necesita tener uno o varios sueños, pues cuando éstos se pierden, uno muere... ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan! Tercero, se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer... Envejecer es _____ obligatorio, crecer es opcional. Si usted tiene diecinueve años de edad y se queda tirado en la cama por un año entero sin hacer nada productivo, terminará con veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho años... Cualquiera puede hacerse más viejo: eso no exige talento ni habilidad. Y continuó: La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad. Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos. Por eso no dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar. Al finalizar ese año, Rosa terminó el último semestre de la carrera que había comenzado años atrás. Una semana después de graduarse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño. Más de dos mil alumnos de la facultad fuimos a su ____
Funeral en tributo a esa maravillosa mujer que nos enseñó, a través del ejemplo, que
nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede y probablemente quiere ser. ¿No crees que estás a tiempo para hacer lo que siempre quisiste hacer y para aprender lo que siempre quisiste aprender?

Amigos


Tengo amigos por doquier, porque soy parte de ellos. No importa el color de piel, ni el color de los cabellos. Solo importa esa intención, de ayudarnos mutuamente. Amarnos de corazón, y tratarnos sanamente.
De olvidar los sinsabores, que a veces la vida da. Y encontrar las soluciones, por medio de la amistad. Conversar de tantas cosas, que tenemos en común.
¡La amistad, es tan preciosa, con amigos, como tú! Por eso siempre que puedas, vamos a estrechar las manos. Una amistad verdadera, es igual, que los hermanos. Aunque no tenga tu sangre, tampoco el color de pieles el tesoro más grande, cuando es un amigo fiel. Cultiva esa semilla, divina, que Dios te da. Porque no hay nada en la vida, más bello ¡Que la amistad!

autor: Aurora García